Hacia afuera = hacia adentro

I
Hacia afuera
Miro el espejo.
Sin acercarme,
desde la puerta de la habitación prohibida:
un movimiento lerdo
en los pies, el esfuerzo feroz
de la mentira.
No te enseñé palabras, espejo.
Imágenes apenas.
Lo menos posible,
para que me engañaras.
Era (yo decía que era) bueno
el engaño.
Ojos verdes,
manos de dedos largos,
las uñas quietas,
inocentes.
Una cintura
hecha al camino,
a la música fuerte.
A mi pequeño espacio.
Nada más.
Flotaba así, detenida en tu marco,
sola.
Todo,
todo estaba más allá
del silencio,
en otro barrio,
y yo andaba así,
fría,
los párpados cerrados.
A tientas.
Protegida.

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